martes, 29 de abril de 2014

Visita al Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Servicio Navarro de Salud

La parte que más me ha llamado la atención de la visita realizada al “Servicio de Radiofísica y Protección Radiólogica”, ha sido el área de Radioterapia y las correspondientes fuentes de exposición utilizadas para el tratamiento cáncer.

Las células tumorales se dividen con gran rapidez y por ello son un blanco perfecto para atacarlas y destruirlas por radiación. Basándose en esto, la radioterapia emplea un conjunto de rayos X a gran velocidad (acelerador lineal) para calentar el tumor. Sin embargo, la radioterapia también afecta en menor medida a las células normales, por ello es de gran importancia la precisión en tanto del paciente como del direccionamiento de los rayos, para conseguir buenos resultados.

Me ha llamado la atención la existencia de incluso, inmovilizadores de cabeza para los pacientes. Todo esto es realmente necesario, ya que existe una gran cantidad de trabajo previo al tratamiento real de radioterapia, con la finalidad de verificar que todo esté en orden. En primer lugar, se realiza una simulación del tratamiento con el paciente, dónde se obtiene la información necesaria para delimitar los volúmenes a tratar (muy importante para no afectar así a otros órganos de riesgo). Después, una vez realizada la delimitación de volúmenes se inicia la planificación del tratamiento, todo aquello relacionado con la distribución de dosis, elección de la técnica, y demás cálculos. Únicamente, cuando todo es aprobado por el personal correspondiente, comienza el tratamiento real. Además, se hacen distintos seguimientos del paciente durante el proceso.

En el momento del tratamiento, también es necesario emplear el tiempo necesario para colocación del paciente en la mesa, alinearlo con los láseres, comprobar distancias y demás colocaciones, antes de proceder propiamente a la irradiación.



La radiación utilizada para el cáncer de próstata puede venir del propio acelerador lineal que manda dosis fijas de radiación desde el exterior del cuerpo (radioterapia externa) o de pequeñas semillas radioactivas que mandan dosis fijas de radiación desde el interior del cuerpo (radioterapia interna o braquiterapia).


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