Computarizada viene del
término "computar" y Computerizada del término inglés "computer“.
El uso de la primera de ellas está más extendido.
En cuanto a la dosis efectiva que recibe
el paciente con la tomografía computarizada, es significativamente mayor que la
correspondiente a la radiografía, variando en función de la zona radiada, pero
generalmente con una relación entre ellas de 10 a 20.
Los avances y ventajas que suponen la
implantación de la TC ha supuesto una gran proliferación de equipos y campos de
aplicación, que hace que la población sometida a este tipo de exploraciones sea
elevada y vaya en aumento. Por ello, a pesar de que el riesgo individual que
tiene asociado la TC es pequeño, el extenso número de individuos al que se
aplica lo convierte en un riesgo apreciable que debe analizarse y tenerse en
especial consideración. Es por esto que deben analizarse los casos uno a uno, y
justificarse el uso de la TC en cada uno de ellos, considerando si los
resultados que va a proporcionar son significativamente buenos y necesarios en
comparación con los efectos negativos que tiene la radiación sobre la salud del
paciente, es decir, si
respetando los procedimientos y las buenas prácticas, los beneficios que
suponen para el diagnóstico las exploraciones de TC van a compensar con creces
el riesgo que representan. Y este análisis es de gran importancia, ya que las dosis recibidas por el
paciente durante una exploración de TC se encuentran entre las más elevadas de
todas las técnicas de radiodiagnóstico.
El objetivo del principio de protección
radiológica es evitar todas las exposiciones a la radiación que sean innecesarias.
Como observamos en la gráfica, existe un considerable aumento del porcentaje de
riesgo de cáncer a medida que se reduce la edad en el momento de la exposición.
No obstante, no debemos olvidar que la probabilidad de muerte por cáncer
radioinducido es mucho menor a la debida al cáncer causado por otros factores.
La justificación de la exposición, como
hemos visto, es fundamental pero no es suficiente. Para minimizar el riesgo
también es necesario tomar medidas para optimizar las dosis impartidas de forma
que sean lo más bajas posibles compatibles con la obtención de la información
diagnóstica requerida.
Las dosis que implican las exploraciones
de TC suponen el porcentaje mayoritario en las dosis asociadas a las
exploraciones radiográficas. Sus valores vienen dados por las características
técnicas de los equipos y por los parámetros de exploración. La optimización de
estos parámetros es una tarea compleja, puesto que depende del tipo de
aplicación, del tamaño del paciente y del modelo de tomógrafo.
La fluoroscopia TC o también
denominada fluoro-TC se utiliza para la realización de intervenciones guiadas por
la imagen. Su primera aplicación clínica se remonta a 1993 y la fluoro-TC
multicorte, es decir, tomógrafos con más de una corona de detectores, se
introdujo en 1999.
El número de indicaciones
clínicas de la fluoro-TC multicorte crece constantemente y su principal aplicación
es para tomar biopsias difíciles; destacando también aplicaciones nuevas como la
ablación por radiofrecuencia guiada por TC.
Normalmente es necesario
un único corte axial de baja dosis para
obtener información sobre el estado del procedimiento, y sólo se recurre a la adquisición dinámica si el corte axial no
proporciona información suficiente. Su aplicación requiere hardware adicional, que engloba principalmente:
-Dispositivo de control del funcionamiento (interior de
la sala TC)
-Instalación de monitores que permitan visualizar las
imágenes.
Es necesario hacer especial hincapié en la protección
radiológica para garantizar que no se produzcan efectos deterministas en la
piel. De modo general la fluoro-TC debe realizarse con una corriente de tubo
relativamente baja para reducir la exposición del paciente. El número de
adquisiciones debe ser el menor posible y su duración, lo más corta posible. Además,
los operadores presentes en la sala de TC durante la fluoro-TC deben protegerse
con un delantal de plomo.
Volviendo a las
exploraciones de TC en general, podemos destacar, como es posible utilizar
equipos de TC de haz cónico (CBCT) para, por ejemplo, exploraciones de mandíbula
(aunque también es posible utilizar cualquier otro escáner). Lo curioso de los
CBCT, es que estos son relativamente pequeños y presentan componentes diferentes
de los de TC de cuerpo entero.
Están equipados con un
tubo de rayos X compacto (de una potencia relativamente baja) y por lo general
tienen un detector de panel plano. Además, están diseñados para que el paciente
esté sentado durante el examen (cómo observamos en la figura).
Respecto a la calidad de
imagen es suficiente para este tipo de aplicaciones y su coste también es relativamente
bajo. Sin embargo, impone como
principal limitación la velocidad de rotación del brazo en el que están
montados el tubo de rayos X y el detector, siendo el tiempo de rotación relativamente
largo.
Respecto a la realización de
una TC con contraste artificial, destacamos entre las más usadas:
-La colonografía TC
se introduce gas a través del recto para mejorar el contraste entre el colon y
los tejidos circundantes.
-La angiografía TC
se administra contraste yodado por vía intravenosa para mejorar el contraste entre
la luz y la pared del vaso.
-Estudios de abdomen
antes de la TC se administra por vía oral una solución diluida de yodo para
mejorar el contraste en el tracto gastrointestinal.
Pablo Manjón y Verónica Aramendía.
Muy bien, estupendo.
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