Durante la visita al servicio de radiofísica y protección
radiológica vimos los distintos tipos de terapias y técnicas que pueden ser
empleados para el tratamiento de pacientes. Dichas técnicas se aplican empleando protocolos que tratan
de maximizar la seguridad del paciente así como del personal, y para ello se
sirven de la aplicación de los principios de protección radiológica: justificación,
optimización y limitación.
La protección frente a la radiación también se apreciaba de
forma estructural, ya que los equipos que pueden aportar más dosis se encuentran
encerrados en búnkeres con paredes de hormigón y hormigón de alta densidad de
una anchura de 1,60 – 1,80m para evitar fugas y poner en peligro al personal y las sustancias peligrosas se encuentran localizadas en zonas seguras y con las medidas de protección adecuadas.
Además, en caso de precaución el personal lleva encima dosímetros
de solapa que son capaces de medir la radiación que recibe cada persona, para
llevar cierto control y poder evitar futuros riesgos. De forma añadida a estos
dosímetros, existen otros permanentes colocados en ciertos puntos que miden las
dosis de radiación de forma activa y permanente para la detección de posibles
riesgos.
Por último me gustaría comentar que me hizo gracia que la
mayoría del personal del servicio no fueran médicos, sino que fueran físicos e
ingenieros, aunque esto tiene mucho sentido ya que las herramientas con las que
se trabaja requieren de conocimientos acerca de la radiación y la maquinaria
empleada que un médico probablemente no conozca en tanta profundidad.
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